Salud mental en ambiente laboral seguro y relaciones respetuosas
Para un gran número de personas, la instancia laboral cumple un rol central en sus vidas, por el tiempo que se le dedica y la oportunidad que otorga para el desarrollo personal y profesional, lo que se traduce en una mayor satisfacción y autoestima. El trabajo también se identifica como un determinante social de la salud, pudiendo generar efectos positivos o negativos en el trabajador. Dentro de los negativos podemos destacar la incidencia que tiene en las patologías mentales, lo que podemos evidenciar en las cifras entregadas por la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), donde 2 de cada 3 trabajadores (67%) que presentaron una enfermedad profesional reconocida de origen laboral durante 2022, corresponden a diagnósticos de salud mental. Estas cifras al desglosarlas según sexo, en las mujeres las enfermedades de salud mental alcanzan el 77% de todos los diagnósticos que las afectan, superando los niveles de pre pandemia y en los hombres se observa un alza en la distribución de los diagnósticos confirmados de salud mental, alcanzando un 55% para el año 2022, por sobre el 40% de 2019.
Un estudio realizado por la Universidad de la Frontera para determinar la relación entre indicadores de salud mental y factores socio-laborales en el personal de salud, evidenció que el personal de enfermería reportó mayor sintomatología depresiva, ansiedad y alteraciones en el sueño. La presencia de estos síntomas no solo afecta la salud mental y el desempeño laboral, sino que también constituyen un factor de riesgo para el desarrollo de morbilidad psiquiátrica en el futuro.
Todo lo anteriormente expuesto se vio aumentado debido a la pandemia por COVID-19, lo que ha generado una mayor vulnerabilidad en el personal de salud, viéndose afectados por distintos estresores en su lugar de trabajo, como por ejemplo, aumento en las exigencias laborales por ser considerados como “la primera línea”, un mayor riesgo de contagio personal y familiar y verse enfrentados a dilemas éticos como el uso de la “última cama”.
Otro factor de riesgo que provoca altas tasas de ausentismo laboral por alteración de la salud mental, es el acoso laboral, sexual o violencia en el trabajo, donde la persona afectada puede presentar estrés laboral, aislamiento social, sentimientos de vulnerabilidad e inseguridad, lo cual va a repercutir en su desempeño laboral, ansiedad, depresión y en casos más graves hasta el suicidio.
Para finalizar podemos concluir la gran relevancia que tiene la implementación de protocolos y políticas institucionales que garanticen un ambiente de trabajo seguro y relaciones laborales respetuosas, lo que impactará de manera positiva en la mantención de la salud mental de cada trabajador, traduciéndose en un menor ausentismo laboral, mayor rendimiento y satisfacción en el trabajo.