Como Federación de Sindicatos de Profesionales de la Salud Privada, FESPROSAP, uno de nuestros grandes desafíos es lograr incidir en las políticas públicas de salud y del ámbito laboral en nuestro país.

Como organización, estamos trabajando para disminuir la brecha de equidad de género que existe a nivel nacional. Es abismante la distancia que a nivel internacional y latinoamericano tenemos como país, en políticas que en otras naciones equiparan la cancha para las mujeres en el ámbito de ingreso a una mejor salud, mejores condiciones laborales y salariales, mejor educación e ingreso a cargos de poder que ayudan a generar cambios sociales. Aún no podemos decir que esta materia está cumplida y por esta razón es un pendiente por cumplir como federación de trabajadores de la salud, sabiendo que más del 70% de los trabajadores de nuestro sector son mujeres. En este Día Internacional de la Salud Mental quisimos visibilizar la gran problemática que es la “Doble Presencia” que no solo nos afecta a nivel país, sino que es una gran complicación a nivel mundial y cada país debe realizar estrategias que deben enfocarse en la creación de políticas públicas para poder mejorar la calidad de vida de estas personas.

Este 10 de octubre participó en nuestro Webinar la Psicóloga Clínica Pía Rojas que nos dio una serie de reflexiones sobre este tema y nos contó cómo afecta esta dinámica a la salud mental de los trabajadores. Al igual que en la epidemiología mundial a nivel local también afecta más a mujeres, las que ven empeorada su vida afectiva, alterada su vitalidad, provoca mayor estrés y esto se traduce en un mayor ausentismo laboral, mayor consumo de medicamentos ansiolíticos y un mayor padecimiento de enfermedades psiquiátricas.

Por esta razón es fundamental que la problemática sobre la doble presencia se trabaje desde un punto de vista multifactorial. Como sociedad debemos realizar cambios arraigados en lo más profundo de nuestra cultura y la forma en que dejamos las labores hogareñas, cuidado de algún familiar enfermo, cuidado de niños en nuestro hogar a cargo de una mujer.

En el último informe sobre la situación de bienestar de las mujeres expuesto en el Mes de Julio del 2022 reafirma la gran importancia que ha tenido la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado, lo destaca como un gran cambio social y económico del último siglo. Lo que provocó una gran transformación en el mundo laboral, en el espacio de la educación, en la esfera doméstica y las vidas de millones de mujeres. Porque trajo consigo consecuencias positivas tanto como para la mujer como para la sociedad. Lo que se vio reflejado en un crecimiento económico, aumento de la productividad, competitividad y generó mayor movilidad social.

Las mujeres al ingresar a trabajos remunerados tienen mayor autonomía económica y esto ayuda a reducir su vulnerabilidad, aumenta los niveles de vida en los hogares aportando así a la reducción de la pobreza.

Pese a esto y lo indican las encuestas el 67.4% de las mujeres de 18 años o más realiza trabajo doméstico, en comparación al 20.5% de los hombres (MDSF 2022). En este contexto, las tensiones conciliatorias entre el trabajo remunerado y no remunerado en las mujeres se vieron exacerbadas por no existir un equilibrio entre el trabajo y la vida personal de éstas. Una de las razones es la desigual división por género del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. En la práctica resulta muy difícil para muchas personas ocupadas poder separar el espacio de trabajo de los quehaceres del hogar. Por esta razón la problemática de la doble presencia es más frecuente en mujeres que en los hombres, lo que denota una clara desigualdad de género en el plano doméstico. Con el tiempo, esta situación obliga a la mujer a decidir salir del trabajo remunerado ya que le resulta difícil poder compatibilizar el trabajo con la vida personal, lo que conlleva enfermedades de salud mental.

Como país, tenemos un gran trabajo que realizar con cambios que van en lo más profundo de nuestra sociedad, de nuestra cultura y la forma en que vemos el rol femenino en la sociedad. Si logramos equiparar responsabilidades en el trabajo doméstico y cuidados no remunerados, lograremos disminuir esta complicación llamada doble presencia, pero esto viene de la mano con la creación de políticas públicas que permitan tener una efectiva conciliación familiar y que involucren tanto al hombre como la mujer.