Como enfrentar el calor extremo y proteger nuestra salud.

Urgenciólogo – Intensivista
Mg (e) Investigación en Salud
¿Cuáles son los principales riesgos de la salud durante una ola de calor?
Los seres humanos estamos diseñados para funcionar bajo ciertas condiciones, es decir, nuestras células cumplen su función cuando están en un ambiente controlado y estable, por ejemplo, entre los 36 y 37°C, y la cantidad de agua tanto en el intravascular (dentro de nuestros vasos sanguíneos) como en el extravascular, toda el agua distribuida en los tejidos y células, (entre 60%-70% de nuestro cuerpo) es la adecuada. Cualquier alteración de estos y otros factores pueden determinar el mal funcionamiento celular y por lo tanto de los órganos.
Cuando vivimos en condiciones climáticas estables con ciertas variaciones, nuestro cuerpo es capaz de compensar estas modificaciones de temperatura y de hidratación con cambios sutiles en el funcionamiento y otros más evidentes, como por ejemplo el sudor, el aumento de la frecuencia respiratoria o la vasodilatación a nivel de la piel. Además de estos, hacemos uso de estrategias que vienen intrínsecas como actos instintivos, por ejemplo, buscar las sombra o lugares con menos temperatura.
¿Qué sucede cuando estas variantes de temperatura son extremas y nuestro cuerpo es incapaz de compensarlas y las medidas que tomamos para mitigar el calor no son suficientes? Nos enfrentamos a un progresivo deterioro de funciones que pueden ir desde una deshidratación leve, pasando por alteraciones renales, compromiso de consciencia y hasta la muerte.
¿Qué grupos de la población son los más vulnerables a las altas temperaturas?
En esencia, todos somos vulnerables en ciertas condiciones. Supongamos que una persona adulta y sana trabaja al aire libre con temperaturas extremas, a pesar de tener intactos sus mecanismos de compensación, va a llegar un momento en que van a resultar insuficientes, por esto, hay factores externos que pueden determinar la vulnerabilidad y que ameritan tomar medidas de prevención y cuidado.
Además, hay factores internos que alteran la respuesta de nuestro organismo a compensar el calor. Por eso, es importante tener en cuenta la reacción que los los niños tienen al calor, sobre todo los más pequeños, su composición corporal tiene más agua que un adulto y si aún no pueden hablar, es difícil que manifiesten su sensación de sed, así mismo sus mecanismos compensatorios no responden igual que un adulto. También hay que preocuparse de los adultos mayores, ellos, aunque sean sanos, sus mecanismos de compensación están más lentos y también tienen una distribución de agua distinta a un adulto sano. Si a eso le sumamos aquellos pacientes que toman medicamentos como los diuréticos, que lo que hacen es perder agua o los betabloqueantes que impiden una respuesta fisiológica para perder calor como la taquicardia, el panorama se vuelve más complejo.
¿Cómo afecta el calor extremo a personas con enfermedades crónicas, como la hipertensión, diabetes o enfermedades respiratorias?
Es importante considerar que no todos los pacientes crónicos son iguales, aunque las enfermedades sean similares, por lo tanto, aquellos pacientes que tengan un tratamiento adecuado, un autocuidado mayor y tomen medidas de prevención, enfrentarán mejor el calor extremo. Pero hay aspectos intrínsecos de las enfermedades crónicas que son transversales, ya sean derivadas de la propia enfermedad o de los tratamientos como se mencionó. En general estos pacientes tienen menor capacidad de adaptación fisiológica, de por sí, la hiperglicemia produce deshidratación, alteración de los vasos sanguíneos o en el caso de las enfermedades respiratorias, el uso de la frecuencia respiratoria como mecanismo compensatorio, por lo tanto, son un grupo de alto riesgo.
¿Cuáles son las medidas de autocuidado para enfrentar el calor?
La principal medida es evitar la exposición. Si bien el acceso a una temperatura regulada artificialmente no está disponible en todos los ambientes, hay lugares que siempre tienen menos temperatura que en el exterior. Por lo tanto, evitar salir a las horas de mayor calor es la principal medida de autocuidado.
Si esto no es posible y aun siendo posible, una hidratación correcta es de mucha utilidad, el uso de protector solar, el uso de ropa adecuada, se prefiere las telas transpirables para evitar la acumulación del calor y mejorar la evaporación, por lo que el algodón es una buena alternativa, además de colores claros que reflejan la luz y no la absorben y que sea holgada y amplia para permitir la ventilación. Es algo que se ha aprendido en los lugares en donde las altas temperaturas son un constante, como el caso del medio oriente, por ejemplo.
Por otro lado, es indispensable mantener el tratamiento de su patología crónica al día y cumplirlo de forma estricta.
Está de más decir que, el ejercicio físico o entrenamiento deportivo no se puede realizar en horas de mayor calor, aunque haya una buena hidratación de por medio.
¿Qué recomendaciones daría para mantener la correcta hidratación en adultos y niños?
Para los adultos, la ingesta de agua dependiendo de la exposición al calor es suficiente, el exceso de agua y la tendencia a la sobre hidratación típica de nuestros tiempos puede llegar a ser deletérea por los cambios hidroelectrolíticos que esto produce, por ejemplo, la hiponatremia.
Es decir, puede llegar a alterar la genética y a aumentar la susceptibilidad o predisposición de la persona a padecer ciertas enfermedades o trastornos.
La hiponatremia es una afección que se produce cuando el nivel de sodio en la sangre es más bajo de lo normal.
El sodio es un mineral que ayuda a mantener la presión arterial y el funcionamiento de los nervios y músculos.
Para los adultos mayores con o sin enfermedades crónicas, así como para los niños, son mejores las soluciones de hidratación balanceadas, sin embargo, es importante consultar con su médico pues estas tienen electrolitos que pueden alterar algunas funciones.
En los niños siempre es mejor conversar con su pediatra, pero las sales de rehidratación son siempre las más recomendadas.
Lo importante es evitar al máximo las bebidas azucaradas como mecanismo de hidratación, es un error frecuente ver que las personas se “hidratan” con una bebida de cola o energizantes. Cuidado, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Un dato importante es saber cuándo hidratarse, algo parece obvio, muchas veces resulta complejo, sobre todo cuando los niños no pueden expresarse o los adultos mayores que tienen patologías neurológicas, por ejemplo, no pueden decir cuando tienen sed o calor. Para esto se recomienda que se hidrate a estas personas cuando el cuidador tenga sed y se ajuste la temperatura con los medios disponibles hasta que la temperatura se perciba lo más tolerable y agradable posible.
¿Qué signos de alertación pueden indicar un golpe de calor o deshidratación?
En primer lugar, hay que entender que el golpe de calor es una patología que puede ser mortal entre un 10 y un 50 por ciento de las personas que la padecen y los que sobreviven pueden quedar con secuelas. Se define como la presencia de temperaturas corporales mayor a los 40 grados Celsius, y disfunción del sistema nervioso central, que provoca delirio, convulsiones o coma.
Se caracteriza porque el cuerpo pierde la fase termorreguladora, lo cual hace que el aumento de calor genere los síntomas, pues hay un desbalance entre la ganancia de calor y su pérdida a nivel corporal.
Por otro lado, la deshidratación es una disminución del volumen de agua corporal producida por varios mecanismos, entre ellos el exceso de calor.
Lo más importante es identificar los signos de gravedad:
- Taquicardia (aumento de la frecuencia cardiaca)
- Taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria)
- Compromiso de consciencia, cefalea, incluso convulsiones
- Mucosas Secas
- Piel enrojecida, inicialmente húmeda pero posteriormente puede estar seca y caliente
- Disminución del flujo urinario
¿Cuáles son los errores más comunes que cometen las personas al tratar de refrescarse?
El principal error como se mencionó es el uso de bebidas azucaradas. Entre otros, pensar que el agua de una piscina es suficiente para hidratarse, usar líquidos en base de alcoholes, fricción excesiva sobre la piel, uso de agua helada, pero sin corriente, es suficiente el agua fría y ojalá que sea corriente. Por cierto, la cerveza no hidrata.
¿Qué cuidados específicos deben tener los padres con niños pequeños durante la ola de calor?
No exponerlos al calor, lo peor que pueden hacer con los niños es pensar que ellos toleran el calor igual que los adultos. En general se deben mantener las mismas conductas de prevención, evitando el juego y la actividad física en las horas de mayor calor, programar pausas para hidratación y el uso de líquidos de hidratación balanceados y no azucaradas. El uso de protector solar y ropa adecuada. La hidratación siempre debe ser constante, hidrataciones copiosas entre largos periodos de tiempo no suelen ser efectivas. Identifiquen los signos de alerta, por ejemplo, que el niño deje de orinar. Evite los lugares cerrados y prefiera el aire corriente si no tiene aire acondicionado.
¿Cómo proteger a las personas mayores con enfermedades crónicas en estos días de altas temperaturas?
Las medidas de prevención son las mismas, sin embargo, hay que garantizar que el tratamiento crónico se reciba de forma estricta, garantizando una correcta hidratación con lo líquidos que correspondan. Si los adultos mayores necesitan salir y exponerse, el uso de ropa adecuada es indispensable. En estos casos lo más importante es mantener una comunicación adecuada, que seamos capaces como cuidadores o personal a cargo de estar pendiente de las sensaciones y signos de alerta. Muchas veces el compromiso de consciencia llega de forma súbita y ya llegamos tarde. Por último, evitar las bebidas alcohólicas.
¿Cuándo es necesario acudir a un servicio de urgencia?
Cuando aparezcan los signos de gravedad, luego de una exposición al calor, sobre todo cuando ya existe alteración de la consciencia, disminución de la orina o cuando los síntomas iniciales: taquicardia, taquipnea, deshidratación no respondan a las medidas de hidratación en el domicilio. Acudir a urgencia de manera innecesaria expone al paciente nuevamente al calor y al riesgo de complicaciones.
Ahora bien, frente a la duda, sobre todo en grupos vulnerables, se recomienda acudir a la urgencia o consultar con su médico de cabecera.