“La doble presencia se reduce con el empoderamiento de las mujeres y la ganancia en cuotas de paridad”

Luego de la pandemia Covid, la presencialidad y también la mayor preocupación por los factores psicosociales, se hizo evidente la oportunidad que tienen las mujeres para participar como actores fundamentales en el trabajo incluso con cuotas de paridad.

Éstas y otras interesantes reflexiones se desprenden de esta entrevista especial con la enfermera Yuly Adams, Magister en derecho de la salud con post título en bioética y ética, salud mental entre otras áreas. Se dedica a la Investigación, es académica en varias universidades y particularmente asesora a empresas en control y buenas prácticas y procedimientos.

La salud mental es uno de los problemas más graves de la salud pública en Chile y en el mundo.

Desde la perspectiva académica y con su experiencia clínica -¿Cuáles serían los factores más determinantes que inciden en esta realidad?

Quiero contextualizar señalando que todos pertenecemos a una sociedad que claramente se basa en comportamientos, normas en patrones que traen exigencias para cada persona y grupo etario y es fundamental desarrollar habilidades para enfrentar los requerimientos, puesto que cualquier desequilibrio nos hace vulnerables a desarrollar problemas de salud física y mental.

Los factores más determinantes para estos problemas son los sociales, de hecho, desde la niñez y la adolescencia aprendemos a socializar fuera del hogar, por tanto, es importante contar con elementos que sean protectores para enfrentar los riesgos.

Se consideran estos factores de riesgo a esa edad, la exposición a la adversidad como la violencia, la presión social, uso de drogas, estigmatización, discriminación, una comunicación deficiente, vulnerabilidad económica entre otras.

Y de adulto también enfrentamos el mundo laboral que acompañado de nuestra vida familiar o la construcción de una nueva familia hacen mucho más compleja la interacción.

Los factores que determinarían estos problemas de salud mental han sido descritos por varios investigadores, como las exigencias laborales, según tipo de trabajo, las largas horas de trabajo, la insatisfacción, la sobrecarga, también una remuneración insuficiente o que no alcance para satisfacer las necesidades básicas.

El enfoque de género también. La mujer en la actualidad continúa con responsabilidad de tareas domésticas y de crianza, la falta de redes sociales que signifiquen un apoyo real a las personas, adicciones también a las redes sociales y patrones que son de idealizar la vida.
El “positivismo tóxico” también lo quiero mencionar, que es una exigencia social de éxito con mandatos irreales muchas veces llevan a la frustración, a la falta de motivación, a un cansancio crónico, hábitos que nos contribuyen a una buena salud, la falta de sueño una nutrición deficiente, el consumo de medicamentos, el sedentarismo.

¿Desde cuándo se habla de “la doble presencia” en salud mental con perspectiva de género? A su juicio, -¿el tema está suficientemente visibilizado en nuestro país?

Mi respuesta parte con recordar un poquito con esta historia del concepto “doble presencia”, que surge en la segunda mitad del siglo XX terminando la década del 70 por una socióloga y política italiana llamada Laura Baldo, quien observó e incluso destacó el rol de la mujer en la sociedad industrializada y que efectivamente debieron afrontar la actividad laboral y la doméstica, como un escenario que es ineludible y basado en los movimientos y las reflexiones del feminismo moderno. Recordemos que tenemos filósofos muy importantes en el siglo XX que tocaban este tema, y se muestran las inequidades de género entre hombre y mujer y cómo esto lleva a agregar riesgos psicosociales para la mujer, cuando se prolonga e intensifica en el tiempo.

También estudios nos mencionan que el 90 por ciento de las mujeres tienen este factor de riesgo en el mundo del trabajo. Ahora en Chile no está suficientemente visibilizado, incluso muchas mujeres no lo reconocen en sus vidas y sin duda el estado chileno está avanzando en estos temas, hay políticas que llevan varios años con enfoque de género y Chile ha adquirido compromisos de organismos internacionales en aquello. Hemos avanzado mucho en mejorar o disminuir estas brechas por las inequidades, pero falta mucho por hacer, ya que influyen las creencias, la cultura, entonces no está lo suficientemente visibilizado.

¿Cómo enfrentan los trabajadores y profesionales de la salud, la sobrecarga laboral y el auto cuidado?

La sobrecarga laboral es un factor de riesgo psicosocial también para cualquier trabajador hombre o mujer y esto implica un exceso de requerimientos durante la jornada, o también se ve, como un alto número de tareas por cumplir en un tiempo que se hace insuficiente, a esto se suma, extensa jornada y tareas complejas que a veces sobrepasan las competencias de una persona. Esto es una realidad donde en el ámbito sanitario, sabemos que no se cumple el número de trabajadores requerido, se ha avanzado. Sin embargo, entre políticas propias de la empresa, el ausentismo laboral, por licencias o diversas razones no siempre se cuenta con todos los trabajadores que realmente se requieren para evitar la sobrecarga. -¿Cómo se enfrenta de buena manera el estrés? Claramente exige autocuidado, y para eso estamos avanzando en estar conscientes de nuestra mente corporal, mente emocional, mente espiritual y todo eso se traduce en los hábitos saludables y una actitud positiva.

Varios investigadores han indagado sobre el autocuidado en muchas personas, pero son insuficientes para determinar la capacidad de autocuidado del personal de salud, mucho menos en otras áreas laborales. Lo que se destaca en lo publicado, es que hay conductas incluso, para disminuir el estrés que alivian transitoriamente pero que traen consecuencias, por ejemplo, el consumo de alcohol, consumo de medicamentos.

¿Cuáles serían los aspectos más relevantes que hay que cambiar en la conducta personal para evitar la doble presencia?

Esto es un trabajo no solo personal, sino también se requiere de la contribución de la empresa y también de políticas laborales, sin embargo, cada persona puede contribuir a disminuir la doble presencia y para eso, ya lo recalqué anteriormente, el desarrollar habilidades sociales. Una habilidad que ya es conocida es la asertividad, que permite a cada uno exigir los derechos y organizar la vida, solicitando ayuda en el ámbito doméstico por estos roles que nos hacen más responsables a las mujeres, en estas tareas y en la crianza. También destacar, que el trabajar o desarrollar hábitos que nos permitan el buen dormir. La misma Neurociencia nos aporta información sobre el ejercicio, y el ejercicio que mejor contribuye a nuestra salud mental, es el baile, bailar regularmente no necesariamente tomar clases de baile, pero el baile en si, es muy completo y además es social, el reír. Hacer ejercicio en conciencia plena. También compartir con personas que nos aporten, y quiero completar desde mi formación y experiencia, sobre aprender a vivir en conciencia plena, eso significa desde el aquí y el ahora con principios básicos que es la aceptación radical primero, de lo que estamos viviendo, no voy a cambiar, ni ilusionar, esto es lo que vivo y desde aquí, empezamos a modificar creencias que impactan la conducta y nos facilitan el desarrollar inteligencia emocional para enfrentar los diversos escenarios adversos que encontraremos en la vida no solo laboral.

¿Los trastornos no tratados inciden en la doble presencia?

Por supuesto, problemas físicos y/o mentales con diagnóstico médico o a veces no consultado, nos hace más susceptible a percibir el entorno como más amenazante de lo que es, o incluso estar más hiper reactivos al estrés, el sentirnos, agobiados, agotados, con aceleraciones en el estado de ánimo, claramente aumenta la incidencia en la doble presencia.

La vida familiar en general post pandemia se ha visto afectada por distintas razones de índole, socio económicas, por transformaciones también en la vida laboral. ¿Cómo se va impactando la salud mental de la población con esta realidad?

Para responder esta pregunta, hago una mención general a que existen varios estudios que demostraron el impacto del covid en la vida de las personas como un hecho traumático y que en muchos casos no fue abordado desde lo laboral. Fue complejo convivir en familia, con la restricción de movimiento y luego volver a la presencialidad. El alza de las consultas psicológicas y psiquiátricas fue en ese minuto y continúa siendo alto. Mientras menos edad se tiene hay menos herramientas de afrontamiento, se pensaba que las personas mayores al estar confinadas iban a tener un afrontamiento deficiente y fue al contrario, mientras mayor fue la edad mejor fue el afrontamiento. Entonces las conclusiones de estos estudios fue que adolescentes y jóvenes presentaron problemas de salud mental, no obstante, las consultas psicológicas y psiquiátricas de personas que trabajan particularmente en las áreas de salud de educación, fueron muy altas e incluso, se mantiene. Todavía hay secuelas y traumas en terapias, se estima que las consecuencias van a disminuir después de este gran trauma social cercano entre 8 y 10 años. Entonces se vuelve a la presencialidad como si nada hubiese pasado y estamos viendo las consecuencias de aquello.

¿La doble presencia es un trastorno más común que antes?

Mientras más mujeres ingresen al mundo laboral y se mantengan paradigmas de estos roles de género arcaicos, claramente existirá esta determinante, es más común porque somos conscientes de ese problema y como mencionábamos hace poco, luego de la pandemia Covid, la presencialidad y también la mayor preocupación por los factores psicosociales lo hace evidente. Mientras este enfoque de género de disminuir las inequidades invite a las mujeres a participar como actores fundamentales en el trabajo incluso con cuotas de paridad, se podrán enfrentar a estos escenarios. Sin embargo, quiero resumir con algo positivo, que hay herramientas que pueden ayudar a las personas a enfrentar la complejidad de estos dobles roles, o la doble presencia que claramente afecta a la salud y si el problema no es uno o dos veces si esto permanece en el tiempo y aumenta la intensidad ahí se genera el problema severo.